Those crazy people who close the street

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Es domingo, y la ciudad tiene un aspecto diferente, las calles son tranquilas, en vez de cláxones puedes escuchar a los pájaros y el aire pasando por los árboles de Paseo Colón, se ha tornado con otro rostro una de las calzadas más importantes de la ciudad de Toluca.

Puedes percibir risas, pláticas, y varios “ring ring” mientras las ruedas de las bicicletas piden silencio con un modesto y discreto “shhh, shhhh”.

Pareciera que esto no podí­a ser real, pero hace ya 4 años lo es cada domingo, gracias a unos “loquitos” que se pusieron a recabar más de 5000 firmas, en las calles, en las escuelas y donde se pudiera, y después, entregarlas a los diferentes ámbitos de gobiernos.

No nos malentiendan, usamos el término de “esos locos”, porque no nos han dado aún la oportunidad de explicar qué es lo que estamos haciendo, y no, no se trata de un plan malévolo para apoderarnos de las calles para siempre y que los ciclistas sean los nuevos dueños del mundo.

El abrir las calles a la ciudadaní­a no ha sido una postura fácil de sostener, ha implicado entre muchas otras cosas el hecho de presentar a vecinos y ciudadanos un nuevo modelo de ciudad. A nivel operativo pareciera solucionado, pero cada metro ganado de la ruta es una batalla ganada y un triunfo para los habitantes que no ha sido internalizado.

Y para todo esto, hay muchas preguntas que responder ¿Qué se supone que es lo que hacen cuando cierran? ¿Cómo se llama eso? ¿Con qué se come? ¿Cicloví­as recreativas? Empecemos pues, la cicloví­a recreativa es una polí­tica implementada desde hace muchos años en varias ciudades a lo largo del mundo, el ejemplo más claro y contundente es la cicloví­a de Bogotá, Colombia, que inició en 1974, la cual es una inspiración para otros lugares que gozan de ese beneficio.

La cicloví­a recreativa consta de liberar las calles de vehí­culos motorizados para abrir paso a las personas que a pie o en bicicleta disfrutan su ciudad , generalmente se hace los domingos, ya que gracias al bajo flujo vehicular, no se ve interrumpida en su totalidad la circulación, pudiendo usar el automóvil con ciertas restricciones.

En nuestra ciudad, gracias al trabajo de más de 100 paseos dominicales, de muchos ciudadanos con ganas, se pudo institucionalizar lo que hoy conocemos como “Ruta Recreativa Tolo en Bici”. El proceso fue largo y pesado, la rutina fue levantarse los domingos muy temprano, en un esfuerzo de los voluntarios de la Fundación, propinar una oferta cultural con amigos y conocidos, crear alianzas con instituciones aliadas, hablar con los vecinos y sensibilizar a curiosos.

Es importante que hablemos un poco de lo mucho que pasó tras bambalinas: innumerables reuniones de sensibilización y entregando propuestas a las autoridades municipales con la finalidad de fortalecer la oferta de los paseos dominicales; gestión ante distintas direcciones, trabajo de logí­stica, articular esfuerzos de las dependencias, así­ como ruta y generación del nombre e identidad de lo que hoy conocemos como Tolo en Bici. Algunas veces fueron necesarias visitas a alguna cicloví­a recreativa por parte de la Fundación y subsecuentemente las autoridades, invitar actores claves que han desarrollado de manera excelsa los programas  para poder vivenciar la posibilidad de ciudad que planteábamos desde que iniciamos.

Los datos que hemos recabado son: aproximadamente más de 122,500 asistentes a lo largo de cerca de 200 paseos, y a partir de la institucionalización, los usuarios pasaron de 150 a más de 1500 en promedio, y con cada ampliación, proyectamos que se quintuplique la asistencia.

Más personas caminando, más ciclistas, más eventos culturales en las calles le cambian la vista a nuestro paisaje, nos devuelven la esencia humana de para qué fueron construidas las ciudades; regresar la categorí­a a las calles como espacio de encuentro y diálogo, llenarlas de más risas, más abrazos y mejores ciudadanos, sólo es posible si se construyen a partir del contacto y de abatir barreras, de salir de nuestras cápsulas, nuestras casas, y encontrarnos en la calle y sólo platicar, y convivir.

Actualmente nuestro programa ya pertenece al padrón de Cicloví­as Recreativas de las Américas y es la quinta a nivel nacional en asistencia y longitud, se requiere fortalecerla, es claro, pero seguimos viviendo el proceso de apropiación por parte de la ciudadaní­a y las instituciones involucradas, falta mucho por hacer pero ya dimos grandes pasos hacia la Toluca que queremos ver.

¿Hacia donde vamos?,  “Al Valle en Bici” fue el epí­tome de lo que aspiramos cada semana, conectar toda la ciudad y los municipios por medio de casi 40 km de calles abiertas a la ciudadaní­a logrando más de 20,000 asistentes.

4 años ya pasaron y seguimos creciendo, queremos que antes de que emitan un comentario o especulen sin información, nos escuchen y se informen, mejor aún nos apoyen, porque caminamos y pedaleamos por una Toluca mejor.