Fanny es una admirable mujer de origen francés que ha radicado en México por veinte años, en los cuales, además de administrar una librería infantil, fundó junto con otras mujeres la asociación Somos Mundo, aliada de la Fundación Tláloc.
También trabajó en Fundación Tláloc abrazando, entre otros, un proyecto de desarrollo integral de la comunidad Otomí.
Su pasión por evitar el abuso del plástico la llevó a impulsar el proyecto productivo de las Buxas (bolsa en otomí), con el que inicialmente se pretendía sustituir las bolsas de plástico con bolsas reutilizables de tela.
Se trata de una mujer que vive de acuerdo a sus ideales, mismos que comparte con la ideología de Fundación Tláloc, te invitamos a conocerla más:
R – ¿Qué te motivó a trabajar en Fundación Tláloc?
El ver el estado de la naturaleza, pensar que algo se tiene que hacer para restablecer equilibrios que hemos roto con nuestras actividades como humanos. Crecí en la campiña francesa y desde chiquita me ha encantado caminar o andar en bici, descubrir ríos, lagos, bosques, animales, flores, etc. y cuando veo la destrucción y la contaminación que producimos, pienso que algo está en nuestras manos y que debemos actuar como individuos y como grupos; eso encontré en Fundación Tláloc : la posibilidad de actuar en pro de las cosas en las cuales creo.
R –¿Qué aspectos de tu vida se relacionan con lo que se hace en Fundación Tláloc?
Muchos: tener y usar el sentido común en tus acciones diarias, informarte, educarte, actuar en tus “ecosistemas†todo eso es un deber como ser pensante y en mi opinión es lo que se hace en la Fundación.
R –¿Además del proyecto de la comunidad Otomí, trabajaste en algún otro proyecto en Tláloc?
Trabajé en el Decálogo Sustentable, en reforestaciones, en campañas diversas de información por parte de la Fundación, organizaciones de foros y eventos, en tocar a las puertas de las instituciones gubernamentales para construcción de políticas públicas…
R –¿Trabajas ahora en alguna otra asociación civil?
Si en varias:
- protección de las abejas con œun toit pour les abeilles;
- sensibilización al bienestar animal / veganismo con “Santuario Gaia;
- sensibilización al respeto hacia las mujeres con Touche pas í ma pote;
- formación en Permacultura con Permaculture, solution definitive aux pesticides et í la faim;
- cuidado de los gatos callejeros (si los hay aquí también a pesar de las campañas de esterilización y de información) con “Cat Rescue,
- sensibilización a las alternativas ecológicas para las menstruaciones con Copita Lunar;
- tienda alternativa para comprar cosas a granel con Le Relais du Triporteur.
Debo decir, que ninguna de estas asociaciones me levanta a las 6 de la mañana como lo he hecho para la comunidad otomí que apoya Fundación Tláloc (risas), pero participo de diferentes maneras según la asociación: brindando asesoría o información  para que más gente se anime a poner su granito de arena; mediante apoyo económico mensual para algunas; compra de productos de varias de ellas; campañas de sensibilización vía e-mail, Facebook o en mi comunidad con stands cuando hay eventos.
R –¿Qué es lo que más te gustó del trabajo con la comunidad Otomí?
Empezar el proyecto tan chiquito con cajas de telas y máquinas recolectadas entre amigas, y ver cómo ha crecido y el hecho de que es un proyecto holístico, me fascinan las cosas interconectadas que hacen sentido como un gran todo, que no se pueden dividir, que tienes que ver y entender como un flujo que a veces te cansa pero a veces también te retribuye.
R –¿Qué te dejó personalmente dicho proyecto?
¡Amigas que me han dado dos títulos que en ningún otro proyecto me hubieran dado: el título “Doña Fanny y el título mamá de las Buxas! Detrás de esos títulos hay un sinfín de intercambios, risas y momentos excepcionales.
Inteligente, activa, responsable y muy trabajadora, Fanny ha dejado una huella no solo en nuestros corazones sino también en este proyecto que ha transformado muchas vidas.